domingo, 9 de julio de 2017

NUESTRA SEÑORA DE ITATÍ

Fragmento de:
“Historia de Nuestra Señora de Itatí”
de J. L. Fontenla, 1947.

Historia de la Virgen de Itatí
La Virgen de Itatí, que se venera en el santuario de la localidad homónima, surgió luego de que el franciscano Luis de Bolaños llevara a esta imagen de la Virgen en 1589 a su lugar actual. La imagen está tallada en timbó y el rostro en nogal; el nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní “ita”, roca, y “tí “, blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.
La imagen de la Virgen de Itatí es una talla en madera que mide un metro con veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca, y se considera realizada por una artista indígena de una de las tantas reducciones que jalonaban el Alto Paraná.
Se cree que la imagen de la Virgen de Itatí fue traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá. Los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indígenas, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció de allí.
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra (Itatí en guaraní significa “punta de piedra”) rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
itati cuadLos religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y el fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a ala que da el nombre de “Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí”. Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y el fray Luis de Gamarra, párroco el lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen.
En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: “… se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto”. Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen.
Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona.
El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad el Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio.
El Santuario de Itatí, a orillas del Alto Paraná y a 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes, en la República Argentina, es uno de los más importantes de América. Cada año alrededor de 2 millones y medio de fieles, no sólo de Argentina, sino también de otros países sudamericanos, se dirigen a la gigantesca Basílica a dar testimonio de su devoción y amor por Nuestras Señora de Itatí.
La devoción en nuestros tiempos
Una multitud ferviente y emocionada calculada en más de 100.000 personas que ocupaban buena parte de las 14 hectáreas del campus de la Universidad Nacional del Nordeste, recibieron a la imagen de Nuestra Señora de Itatí, que fue traída desde su santuario, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Corrientes. Esta es la cuarta vez en sus 400 años de historia que la talla original de la patrona correntina deja el altar de la basílica. La anterior salida había sido en 1987, durante la visita de Juan Pablo II a la provincia.
La imagen, celosamente resguardada en una caja de cristal, partió del santuario de Itatí a las 7 en una camioneta con cureña detrás, y custodiada por una decena de vehículos y motocicletas de la policía provincial. Tras llegar a la localidad correntina de Paso de la Patria se sumó un importante número de automóviles y peregrinos, que obligó a la caravana a avanzar mucho más despacio. A las 10, una hora después de lo previsto, la imagen hizo su entrada triunfal al complejo universitario en medio de vítores, agitar de pañuelos y lágrimas de emoción.
Las dimensiones de la cureña que la transportaba impidieron que la Virgen ingresara por la puerta central del campus, lo que provocó que miles de fieles corrieran tras ella para estar más cerca de la patrona. Fueron apenas unas pocas horas de la presencia mariana -que al mediodía regresó a su santuario natural-, pero los participantes al X Congreso Eucarístico Nacional recibieron como “una gracia” que la Virgen bajara a visitarlos.

El arzobispo de Corrientes, monseñor Domingo Castagna, destacó la figura de María como “mujer eucarística”, especialmente “su docilidad al Don de Dios, mediante un corazón puro y pobre, condición indispensable para hacer fructífera nuestra comunión con el Cuerpo y Sangre de Jesucristo”.
“No podríamos concluir este Congreso sino de la mano de María. Ella cuida la pureza de nuestros corazones, recuperada por la penitencia, y orienta nuestro compromiso histórico para hacer de la Argentina un pueblo fraterno y justo, solidario y respetable, austero y definitivamente fiel a sus nobles y cristianas tradiciones”. Asimismo, recordó que “en su regazo, como Jesús descendido de la Cruz, está nuestro pueblo sumido en el dolor indecible de la pobreza, pero recibiendo de Ella su firme esperanza de la Resurrección”.
“A Jesús por María. Es el secreto de nuestro encuentro con Cristo -concluyó-. Es el camino práctico, el atajo abierto por Dios para llegar rápidamente al Artífice de nuestro verdadero cambio interior, de nuestra necesaria regeneración”.

ORACION A NUESTRA SEÑORA DE ITATÍ

Tiernísima Madre de Dios y de los hombres, que bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, miraste con ojos de misericordia por mas de tres siglos a todos los que te han invocado. Atiende nuestras necesidades que tu mejor que yo las conoces. Concédenos un gran amor a tu divino Hijo Jesús y un corazón puro, humilde y prudente, paciencia en la vida, fortaleza en las tentaciones y consuelo en la muerte.
Amén
itati 1

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